9/11/09

Berlín Express: La noche berlinesa- primera parte.


Una vez superada mi convalecencia por anginas, vuelvo a estar al pie del cañón.

Si mezclas en una noche vino, cerveza alemana, pintor italiano, opio y dos redskins franceses, el resultado es el que se ofrece a continuación.

Noche del dia 3; Berlín!
Después de desacicalarnos y descansar un rato, yo me fui a conectar a los ordenadores del Hostel. Mientras cuidaba mi granja de Facebook (ese videojuego es lo más parecido a la heroína que se ha inventado, adicción pura incluso más que el Tamaghochi) a mi lado, yacía un hombre joven, alto y muy delgado quejándose en inglés porque no encontraba una maldita habitación en Berlín para vivir. Parecía una persona algo maltratada por el tiempo, con ropa andrajosa y hacía tiempo que necesitaba un afeitado. Como en todo buen hostel que se precie, las buenas conversaciones aparecen con personas y cruces de caminos con finales muy distintos. Así pues, ese joven era un pintor italiano que había estado viviendo en dos países de África y después dos años en Londres. Trabajaba en una galería de arte para un marchante pero con la crisis esa galería cerró. Así que se tuvo que buscar las castañas en otro sitio y ese sitio era Berlín (lugar predilecto para los bohemios europeos). Acababa de llegar hacía dos días y por ese motivo estaba buscando una habitación barata para vivir. En un punto de la conversación, le comento que el plan para esa noche era ir a una fiesta bohemia en una casa okupa de Berlín. Él, como recién llegado a la ciudad, necesitaba darse a conocer en ese ambiente así que decidió unirse a nuestra noche de lunes berlinesa. Hasta ese momento, el pintor italiano actuaba como una persona normal... (Luego vereís por qué digo esto).
Mientras tanto, en la cocina, mi amigo Jesús hablaba con Mathilde y Martin dos jóvenes novios franceses del norte. Él era alto, cabeza rapada y botas, vestía una camiseta cuyo lema era: Love music, hate fascism. Era un chico extrovertido, simpático, carismático e inteligente. Muy distinto a lo que se podría pensar a primera vista. Ella alta, pelirroja y tenia unos bonitos ojos claros. Era tímida y casi no hablaba. Sin embargo, dicen que hay miradas que hablan y la suya, tenía muchas cosas interesantes que decir; como pude comprobar unas horas más tarde.
Jesus convenció a los dos para que nos acompañaran en nuestra aventura nocturna. Cabe mencionar que durante la cena hablamos con una mujer Holandesa de Zwolle, era una mujer mayor pero con espíritu joven. Estoy convencido que ella también se hubiese venido de fiesta con nosotros, pero la oferta nunca le fué propuesta.
Tras unos cuantos vinos y dos horas de conversación, el extraño grupo formado por un pintor italiano dos redskin franceses y 4 erasmus españoles de road trip por alemania... entraron por la boca de metro de StamaritestraBe con destino OranienburguerstraBe: TACHELES.
Los integrantes del grupo éramos muy diferentes y a la vez muy parecidos. Gente joven de espíritu libre, limpio, con ganas de cambiar el mundo un lunes por la noche en el antiguo Berlín del Este.
Una vez subidos en el metro, otra vez sin billete ya que a partir de las 9 no se paga (por cortesía de la RDA o DDR). Jesús (con algún que otro vino en el cuerpo...) propuso una idea de la que más tarde se arrepentiría por varios motivos. Nos encontrábamos en la parte trasera del metro y la escena fué:
- Te doy 5 € si me ganas una carrera de aquí al principio del metro. Comentó Jesús a Jaime.
- Ni de coña, Jesús estás loco. Comentáselo a Martín (el chico francés) a ver qué dice.
- Martín (en inglés), te doy 5 € si me echas una carrera a...
Aún no había terminado la frase y Martín ya se había echado a correr metro abajo. Jesús intentó seguirle... La gente del metro se asustó viendo correr a un skin de dos metros con unas botas enormes y otro chico detrás suyo... Todos se apartaban a su paso hasta que Martín tras un ligero empujón de Jesús se desequilibró y empezo a rodar por los suelos. Algunos berlineses se molestaron ante tal falta de respeto y estuvimos a punto de tener problemas. Bajamos del metro y el que se encontró con un gran problema sin esperarlo fué Jesús. Su chaqueta junto con sus llaves de casa y el MP3 se habían quedado en la parte trasera del metro... varios testigos afirmamos que no la vimos. Jesús ya no fue el mismo durante esa noche y me atrevería a decir que durante todo lo que restaba de viaje.
El momento metro quedará grabado en mi retina para siempre. Pero la noche aún tenía muchas más cosas que ofrecer.

TO BE CONTINUED...

4 comentarios:

pinkeri dijo...

La realidad se crea mezclando puntos de vista. El mio es el siguiente. No me arrepiento de la carrera en el metro, fue una locura que repetiria sin lugar a dudas.

Me arrepiento de haber confiado, sobretodo, y dudo que aun de haber evitado la tragedia las relaciones del viaje hubieran variado mucho. Fue un palo que sumó al resquemor que me había estado minando dias atras. Quizás de haber sido de otra manera lo hubiera enfocado mejor, quizás...

Un saludin.

Aprendiz dijo...

Hola, a raíz de tu comentario en mi blog he entrado en el tuyo y me parece que estás haciendo un muy buen trabajo. Y por cierto... ¡Cuánta razón tienes con lo de Benidorm! Ya sé por donde no debo pasear con mi hija a las 4 de la tarde.

Un saludo,

Cassiel dijo...

Nene, queremos leer más!!! Yo tengo la visión de Alba, y varias escenas que poco a poco me han ido contando. Pero conocer tu visión, por etapas, a pesar de estar puerta con puerta es genial.
Un besico

306 dijo...

Gracias Aprendiz,no he empezado hace mucho y espero ir mejorando con el tiempo. Ya ves al final todo se reduce a la economia.