25/11/09

Berlín Express: la aventura se termina.

http://thelast7lines.blogspot.com


Mis dos últimos días de viaje por Alemania fueron menos entretenidos:
Si tuviera que destacar, diría que estuve de fiesta por Colonia en un sitio genial con botellas de Sekt (cava alemán) a 4€ y a la salida, en la parada del metro, me encontré con dos españoles y qué casualidad que eran de mi misma ciudad y uno de mi mismo pueblo. La teoría de que el mundo es un pañuelo tiene más ciencia que la teoría de la evolución de Darwin (yo pienso que el ser Humano en los últimos 20 años está desevolucionando, por lo menos en España). De vuelta al hostel dos amigos se colaron en la habitación y a la mañana siguiente fueron interceptados por el dueño. El señor "rockero" se lo tomó como algo personal y la jugada les salió cara.
Como buenos pecadores decidimos hacer penitencia para limpiar nuestras almas y tan en serio nos lo tomamos que casi acabamos en el cielo (literalmente hablando). Quinientos treinta escalones (media hora) subiendo a la torre de la catedral. O estoy en muy baja forma o mis pecados eran un gran peso a mis espaldas. De haberlo sabido, me subo en parapente.
Al día siguiente regresamos a nuestro humilde hogar y a nuestra vida normal o anormal (el Erasmus es lo que tiene llega un momento en el que lo normal es salir 3 noches por semana aparecer a una clase de cada 3 y comer el mismo menú 3 dias seguidos). El hippismo y nuestro simulacro de vivir comiendo latas de atún por la calle como un mendigo había terminado. Los últimos días estábamos sucios, desaliñados y vacíos de energía. Las caras de la gente al mirarnos eran de pobrecicos tan jóvenes y ya han terminado así por culpa de las drogas...

En este viaje se han vivido cosas buenas y cosas malas. Yo suelo ser pesimista por naturaleza pero en este caso he preferido quedarme con las cosas buenas. Es una experiencia más, que te forma como persona y de la que aprendes muchas cosas. Sobretodo aprendes a valorar más ciertos pequeños detalles de la vida que de normal no valoras porque los das por hecho, las cosas que realmente importan.
Hemos demostrado que se puede vivir con poco dinero siendo un nómada, un apátrida con un poco de inglés y algo más de espíritu aventurero. Este tipo de cosas o las haces ahora con 21 años o ya no las haces nunca y me siento orgulloso de estar aprovechando el tiempo.
Vida sólo hay una y a veces nos cuesta recordarlo.

0 comentarios: