11/12/09

Hay cosas que nunca cambian...

Queda un día para terminar mis exámenes y dos días para regresar a España a pasar las vacaciones de Navidad junto a mi familia. En estas fechas tan señaladas, la gente hace lo posible para juntarse con los suyos. La Navidad es ahora una festividad que trasciende más allá de lo religioso. La Navidad se resume fácilmente en: el sorteo de lotería, cabalgatas, lucecitas por todos los lados, el mensaje de nochebuena del Rey, la capa de Ramón García con la Obregón, las uvas de la suerte.... El portal de Belén lo han rebautizado como el Portal del Corte Inglés, y han sustituido a San José por San Carlos Baute. Espero que de Virgen no pongan a Malena Gracia porque estamos apañaos... Todo esto es la Navidad del ciudadano de a pie. El sentido de la Navidad que envía la Iglesia (esos que viven en "Matrix" una realidad paralela a la nuestra) difiere mucho del que le da la sociedad. Eso de Amor y Paz suena a cuento chino mandarino. Y más cuando esta sociedad hace entrega del premio Nobel de la Paz a un señor que es el responsable de dos Guerras en curso y que encima parece reirse de nosotros realizando un discurso marcial y beligerante a la recogida del premio. Si señor Obama usted que hace un año promulgaba el Yes, We can. Ese supuesto presidente que iba a suponer el motor de cambio de la sociedad estadounidense ha resultado una farsa. Hay cosas que nunca cambian, da igual que seas negro, blanco, demócrata o republicano. Los señores de la guerra seguirán siendo siempre los mismos. ¿El Derecho Internacional? Esas leyes tienen la misma credibilidad que los 10 mandamientos de Dios. Al menos para los americanos (y para el señor D. Jose María Aznar) AMÉN.

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