20/9/09

Erasmus way of life.


thelast7lines.blogspot.com

Reencontrandome con las buenas costumbres me gustaría hacer un rápido balance de lo que me ha aportado el Erasmus en mi primer mes. Ya solo me quedan 9...

La verdad es que no te haces a la idea de lo que es un erasmus hasta que lo vives. Es como un Gran Hermano, aquí todo se magnifica jaja. Las relaciones personales se afianzan, tanto las que tienes cerca y ves cada día, como las que dejaste lejos.
En un mes por fin me acuerdo de los nombres, ya era hora... Aunque cada dia conoces alguien nuevo. En un mes he hecho una exposición en inglés, me he puesto una toga roja con una corona de plumas verde, he escuchado a árboles hablando (aquí les ponen altavoces y encima te hablan en castellano) y he dormido en el suelo de una estación de tren sobre un ejemplar del "De Telegraaf".
Estoy disfrutando de los colores, olores y sabores del lugar. Al fin y al cabo, todos los lugares son sensaciones y en Holanda la sensación de paz es constante.
Ayer visité Amsterdam y por mucho que te lo imagines no te das cuenta qué es esa ciudad hasta que estás allí. Es la capital de Holanda y si mi amigo Valle Inclán la hubiera visitado la definiría como el GRAN ESPERPENTO. Los holandeses son gente que se toma todo en serio y su Red Light District es el mayor homenaje a su sentido del humor. Mejor no entrar en detalles... Pero me llama la atención que la capital de Holanda sea tan poco representativa de su gente, supongo, que esto ocurrirá también en otras partes del mundo. Lo único representativo eran los precios, 7€ por cenar 4 hojas de lechuga y un tomate me parece una cifra escandalosamente escandalosa, 5€ una botella de agua... etc. Por lo menos pude disfrutar del dinamismo de una ciudad llena de gente joven, mucho movimiento, ambiente y un concierto gratuito en mitad de una céntrica plaza. La noche terminó en una catedral y no rezando ni viendo sus frescos precisamente... Era una catedral reconvertida en discoteca: 18 € de entrada sin consumición para ver algo parecido a Oasis en Zaragoza, ni mejor ni peor.

La sorpresa más grande del dia estaba por llegar... Nos hicimos con víveres en un Mcdonals (sí, en Amsterdam abren los sabados por la noche a las 4 de la mañana) y fuimos a la estación de tren. Cogimos ese tren que no llevaba a ninguna parte porque más que nada, no había tren de vuelta a casa hasta las 7 y media de la mañana. Así que nos hicimos con un De Telegraaf sustraido de forma sigilosa del montón de periódicos de la mañana siguiente y nos acostamos en el suelo de la estación al más puro estilo Puerta del Carmen.(El que no es de Zaragoza: Pta del Carmen es el lugar preferido por los mendigos para dormir). Tras tres cómodas horas de sueño con pavimento en espalda pusimos rumbo a Tilburg y en definitiva, hacia mi cama.
Por lo menos de dias como este no me olvidaré nunca...

¡Y ahora a leerme la entretenida clase del Dr James para mañana!

1 comentarios:

Gambitero dijo...

Gran resumen de nuestra primera y ultima gran excursión so far.

El red light district es ante todo SUCIO, no me pareció ni original, ni bonito, ni revolucionario, ni estimulante, ni excitante, ni crazy, ni nada. Solo SUCIO.

Le daremos alguna oportunidad más a Amsterdam.....si alguien le dedicó una canción por algo sería.